lunes, 18 de agosto de 2014

Civilizaciones Sobresalientes

Civilización Maya

Marco geográfico

La civilización maya se desarrolló con toda amplitud en la parte de América Central que hoy comprende los estados mexicanos de tabasco, chiapas y Yucatán, Honduras, británica, República de Guatemala y algo de las Repúblicas de Honduras y San Salvador.
Origen mitológico y real

Origen mitológico: la leyenda es semejante a los toltecas, atribuye a la creación del hombre tepui - gucumatz las que llegaron por mar. Las tzentales tienen por héroe al Votan llegado por mar, sus rasgos concuerdan extrañamente con los de Quetzalcoatl. El reino de Na - Chan fundado por él, fue tal el centro de un gran imperio de civilización peculiar de los que salieron luego los mayas, tzentales, quiuches
.
Origen real: en realidad es desconocido el origen de los mayas. Aunque parece que poblaron el país en que residen en una época relativamente reciente.

Gobierno y administración

Los mayas nunca constituyeron un estado unificado. Se originaron en ciudades independientes entre sí. Su autoridad máxima fue un jefe, cuyo poder, era hereditario pero no absoluto, pues era asesorado por un consejo de estado.

Esta cultura fue esencialmente religiosa y por esa razón en sus ciudades construyeron grandes y hermosos templos escalonados destinados al culto religioso.

Entre las ciudades importantes están Mazapán, Copán y Uxmal.

Organización social y económica

Organización social: Los mayas formaban una sociedad muy jerarquizada. Estaban gobernados por una autoridad política, el Halach Uinic, jefe supremo, cuya dignidad era hereditaria por línea masculina, y el Alma Kan, sumo sacerdote. El jefe supremo delegaba la autoridad sobre las comunidades de poblados a jefes locales o bataboob, capataces de explotación agrícola que cumplían funciones civiles, militares y religiosas. La unidad mínima de producción era la familia campesina, que cultivaba una `milpa' (parcela de una 4-5 hectáreas) mediante el sistema de rozas, para atender a sus necesidades y generar, a veces, un excedente del que se apropiaba la clase dirigente.

Organización económica: la agricultura ha constituido la base de la economía maya desde la época precolombina y el maíz es su principal cultivo. Los mayas cultivaban también algodón, frijol (poroto o judía), camote (batata), yuca y cacao. Las técnicas del hilado, el tinte y el tejido consiguieron un elevado grado de perfección. Como unidad de cambio se
utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de cobre, material que se 
empleaba también para trabajos ornamentales, al igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de colores.

Religión

Los antiguos mayas poseían dioses bacales correspondientes a los cuatro puntos cordinales y a los dioses que comienzan alternativamente en cada año cuaternio.
Es probable que creyeran en un gran dios creador, conservador y bienhechor, que tal vez corresponda al Nochochacyon o abuelo, de los lacandones. Nacido de dos flores la chocnicte y la cocnite, está por encima de las demás dioses y en continua lucha con hopitern dios malo, encarnado en forma de serpiente, que al fin del mundo será vencido.

Avances científicos

Sus mayores avances fueron su sistema matemático que incluía un dígito equivalente al cero estaba ligado a un sistema religioso y también a observaciones.

Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo sistema calendárico. El año comenzaba cuando el Sol cruzaba el cenit el 16 de julio y tenía 365 días; 364 de ellos estaban agrupados en 28 semanas de 13 días cada una, y el año nuevo comenzaba el día 365. Además, 360 días del año se repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas y los meses transcurrían de forma secuencial e independiente entre sí. Sin embargo, comenzaban siempre el mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el mes). El calendario maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos hasta la aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI.

Otro avance fue la escritura estos pueblos desarrollaron un método de notación jeroglífica y registraron su mitología, historia y rituales en inscripciones grabadas y pintadas en estelas (bloques o pilares de piedra), en los dinteles y escalinatas y en otros restos monumentales. Los registros también se realizaban en códices de papel amate (corteza de árbol) y pergaminos de piel de animales. Sólo existen tres muestras de estos códices: el Dresdensis (Dresde), actualmente en Dresden; el Perezianus (Peresiano o de París), en París; y el Tro-cortesianus (Tro-Cortesiano o Matritense maya). Estos códices se utilizaban como almanaques de predicción en temas como la agricultura, la meteorología, las enfermedades,
la caza y la astronomía. Su arquitectura representada por los templos de construcción rectangular. También fueron excelentes artistas en las manifestaciones esculturales a juzgar por sus hermosas creaciones que sirvieron en sus templos y sus palacios.

Desaparición

Cuando comienza la conquista Española de lo que había sido la brillante cultura clásica malla de las tierras bajas del sur, solo quedaban unas pocas comunidades agrícolas aunque algunos vestigios sobrevivían en el norte de Yucatán.

La decadencia de esta civilización se debió probablemente a una sucesión de crisis agrícolas por la destrucción ecológica, que coincidió en guerras interinas y rebeliones en contra de los elites gobernantes y con invasiones provocadas por expediciones guerreras de México central.

Antiguó Egipto

El Antiguo Egipto fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados en las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. Tuvo tres épocas de esplendor en los periodos denominados por los historiadores Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo. Alcanzaba desde el delta del Nilo, en el norte, hasta la isla Elefantina (la actual Asuán, junto a la primera catarata del Nilo, en el sur), llegando a tener influencia desde el Éufrates hasta Gebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima expansión. Su territorio también abarcó, en distintos periodos, el desierto oriental y la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí y un gran territorio occidental que dominaba los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al sur y al norte, respectivamente

La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3.000 años. Comenzó con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo.1 alrededor del 3150 a. C., y se da convencionalmente por terminado en el 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que desaparece como Estado.3 Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera, pero fue el que condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del desarrollo independiente de su cultura. Su identidad cultural había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los reyes de Babilonia (siglo VI a. C.) y Macedonia (siglo IV a. C.), desapareciendo su religión con la llegada del cristianismo, en la época de Justiniano I, cuando en 535 fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File.

Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo. El Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia, ya que éste permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una significativa ventaja sobre otros oponentes: el légamo fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.

La vida se ordenaba en torno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura independientes, así como en un cuidadoso control estatal sobre los recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo por la irrigación de la fértil cuenca del Nilo y la explotación minera del valle y de las regiones desérticas circundantes, la organización de proyectos colectivos como las grandes obras públicas, el comercio con las regiones vecinas de África del este y central y con las del Mediterráneo oriental y, finalmente, por un poderío militar capaz de derrotar a cualquier enemigo, y que mantuvieron una hegemonía imperial y la dominación territorial de civilizaciones vecinas en diversos períodos. La motivación y la organización de estas actividades estaba encomendada a una burocracia de élite sociopolítica y económica, los escribas, bajo el control del Faraón, un personaje semidivino, perteneciente a una sucesión de dinastías, que garantizaba la cooperación y la unidad del pueblo egipcio en el contexto de un elaborado sistema de creencias religiosas.

Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la topografía y las técnicas de construcción que facilitaron el levantamiento de monumentales pirámides, templos y obeliscos, unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz, métodos de riego y técnicas de producción agrícola, la primera naves conocidas, la tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas formas de la literatura y el tratado de paz más antiguo conocido, firmado con los hititas. Egipto dejó un legado duradero, su arte y arquitectura fueron ampliamente copiados, y sus antigüedades se llevaron a los rincones más lejanos del mundo. Sus ruinas monumentales han inspirado la imaginación de los viajeros y escritores desde hace siglos. Un nuevo respeto por las antigüedades y excavaciones en la época moderna han llevado a la investigación científica de la civilización egipcia y a una mayor apreciación de su legado cultural.

Civilización Hindú

Los primeros asentamientos humanos en el territorio que ahora ocupa la India, aparecieron hace más de 9.000 años y se desarrollaron en lo que se conoce como la cultura del valle del Indo. 

Para hablar de arte hindú se requiere adicionar las diversas culturas que se fueron asentando en el territorio, culturas con diversas creencias religiosas, de variadas lenguas y costumbres, pero quizá un elemento unificador sea todas las manifestaciones alrededor del budismo.     
                                                              
El arte por su estilo, se realizaba  en función del tiempo y de la región y no de una religión en particular. Las diversas manifestaciones religiosas mostraron sus expresiones artísticas en plena coexistencia.    
       
Existen millones de expresiones artísticas dentro del subcontinente Hindú, y una de las figuras más representativas es el Taj Mahal, monumento funerario construido durante el dominio del emperador  Sah Yahan en memoria de su esposa fallecida, Mumtaz Mahal.


La civilización Hindú y el arte.

La historia de la India se inicia con la cultura a lo largo del río Indo y en las comunidades agrícolas en las tierras meridionales de la India. Su historia se define por la constante migración de otros grupos étnicos  y la relativa integración con sus predecesores. La India es probablemente el país con más diversidad religiosa del mundo. Es la cuna del hinduismo, del budismo, del jainismo y del sijismo; cuatro religiones que han llegado hasta nuestros días.

La cultura es el factor determinante de la sociedad hindú. A pesar de las diferentes creencias fueron seguidos en las diferentes regiones, la base de la cimentación de la antigua cultura india sigue siendo la misma. Utilizando la exaltación universal de las mujeres, que ha desempeñado un papel primordial en la literatura y en el arte de la antigua india.

La arquitectura hindú  resalta el templo dedicado a Visnú, el Palacio del Loto, donde destacan las puertas de entrada con arcos lobulados. Se logró una síntesis entre las formas tradicionales indias y las islámicas, usando elementos como bóvedas y cúpulas, columnas y balcones. Cubiertas con frisos superpuestos, con profusión de decoración escultórica realizada en estuco y brillantemente pintada.
La pintura hindú se desarrolló sobre todo en la miniatura, género que adoptaron del arte islámico, sobre                                                         todo en el uso del color y en la perspectiva.  
                                            

La principal característica del arte indio ha sido su notable unidad y consistencia.
Aunque hubo variaciones regionales y estilos individual, los trabajos realizados en diversas regiones geográficas y culturales compartidos ciertos valores comunes, conceptos y técnicas. Y, todas aquellas variadas manifestaciones fueron inspiradas por un principio general común.
El arte religioso hindú no fue extremista, porque tanto como hindúes, budistas y jaimistas compartían el mismo territorio, el arte por su estilo tenía la función del tiempo y de la región y no de la religión. Por lo tanto, no es estrictamente correcto hablar de arte hindú o budista, sino, más bien, del arte indio que le pasó a hacer temas hindú o budista. Por ejemplo, una imagen de Visnú y una imagen de Buda de la misma época tienen un estilo de la misma región, que poco tienen que ver con el modo de expresión artística

Civilización Mesopotámica

La civilización mesopotámica se desarrolló en el valle formado por los ríos Tigris y Éufrates, y comprendió los territorios ubicados entre la meseta de Irán y los desiertos de Siria y Arabia, en el Cercano Oriente.
Mesopotamia es un término de origen griego y quiere decir “región entre ríos”; en la actualidad estos territorios son ocupados por los estados de Irán, Siria, y principalmente Irak.

El clima de esta región es cálido y no presenta demasiado frío durante los inviernos. Los ríos Tigris y Éufrates nacen en las montañas de Armenia, recorren la zona de norte a sur y desembocan en las aguas del Golfo Pérsico; en el recorrido hacia el mar, las aguas de los ríos alimentan con abundante limo las tierras de las orillas, convirtiéndolas en un espacio ideal para desarrollar la agricultura. El limo actuaba como un poderoso fertilizante. Ello permitió el surgimiento e instalación de varios pueblos que gradualmente dieron forma a la civilización mesopotámica.

Evolución histórica de Mesopotamia.

El principal rasgo de la evolución de la civilización mesopotámica fueron las invasiones y las guerras. Hacia el tercer milenio antes de Cristo se ha localizado en la Baja Mesopotamia una civilización muy avanzada, desarrollada por los primeros habitantes conocidos de la región: los sumerios.

Los Sumerios eran un pueblo de origen desconocido, que al establecerse en la zona adoptaron como medio de subsistencia la agricultura y levantaron ciudades y construyeron un complejo sistema de canales de regadío. A partir de esta base material, los sumerios se organizaron bajo la forma de ciudades-estado, como por ejemplo: Kish, Ur, Umma y Lagash. Estas ciudades-estado se enfrascaron constantemente en luchas por el control político y militar de la región, colaborando de esta manera para ser conquistados por pueblos extranjeros.

La historia de Mesopotamia se divide en tres periodos: la etapa Sumerio-Acadia (3.000 a 2.000 antes de Cristo), el Primer Imperio Babilónico (1.900 a 1.100 a. de C.), y la etapa Asiria (1.000 a 539 a. de C.), que incluye el Segundo Imperio Babilónico Caldeo.

Etapa Sumerio-Acadia (3.000 a 2.000 a. de C.)

Los acadios o caldeos eran originarios de las regiones montañosas que ven nacer al río Éufrates que se asentaron en las llanuras ubicadas al norte de sumeria y fueron mezclándose progresivamente con los habitantes originarios del territorio.

Hacia el año 2.400 a. de C. el rey acadio Sargón el Viejo sometió bajo su poder a los pueblos de la zona, e instauró un gobierno central con base en la ciudad de Akkad, dando forma a un gran imperio. Este imperio acadio desarrolló una gran actividad política y comercial con otros pueblos, pero pronto fue conquistado por el pueblo nómada de los guteos, quienes habían bajado a las tierras fértiles de las llanuras provenientes de los montes Zagros.

Esta decadencia de los acadios fue aprovechada por los sumerios, quienes lograron retomar el control de la zona, y bajo el mando del rey de Judea tomaron la ciudad de Lagash y la reconstruyeron, desarrollando obras de regadío y grandes monumentos religiosos.

Las renacidas ciudades sumerias, como Lagash y Ur, resistieron los ataques guteos y dieron vida al nuevo resurgimiento del imperio babilonio. En esta etapa se destacaron grandes e importantes ciudades como Kish, entre otras. Además, uno de los rasgos más fue la generalización del sistema de escritura cuneiforme, de origen sumerio.

Primer Imperio Babilónico (1.900 a 1.100 a. de C.)

A principios del segundo milenio a. de C., después de la caída del imperio acadio, se desarrolló el Imperio de Babilonia, que comandado por el emperador Hammurabi, logró unificar política, administrativa y culturalmente a los pueblos de Mesopotamia; Hammurabi logró imponer un fuerte código legal (considerado el primer cuerpo de leyes escrito de la Historia) y además, expandió el uso de la lengua acadia, que junto al sumerio de convirtieron en los idiomas dominantes.

En el año 1.700 a. de C. el imperio creado por Hammurabi no fue capaz de resistir los ataques de los hicsos, hititas, mitanios (estos dos últimos eran de origen indoeuropeo) y casitas (pastores provenientes de los montes Zagros), y resultó invadido.

La destrucción provocada por los invasores puso en peligro el desarrollo cultural alcanzado por los habitantes de Mesopotamia. Años más tarde, para el año 1.550 a. de C., la cultura babilónica experimentó una gran recuperación y Babilonia recobró su autonomía. Finalmente, al finalizar el segundo milenio, los llamados “pueblos del mar” invadieron Mesopotamia, generando una crisis que acabó con el imperio babilónico.

Etapa Asiria (1.000 a 539 a. de C.)

La crisis que los pueblos del mar provocaron en Babilonia fue aprovechada por los asirios, que luego de haber desarrollado un enorme y efectivo aparato militar, lograron imponer su poder y construir un imperio. En el siglo IX a. de C., el rey asirio Arsubanipal II arribó a Babilonia y se impuso en las regiones adyacentes. Durante los siglos VIII y VII, los asirios alcanzaron su máximo nivel de desarrollo y el rey Sargón III, junto a sus sucesores los Sargónidas, tuvieron bajo control los territorios de Mesopotamia, Siria, Fenicia, Palestina y Egipto. Este gran imperio tuvo dos ciudades que fueron sus capitales; estas son Azur y Nínive. La gran extensión que alcanzó el imperio asirio implicaba que sus fronteras fueran constantemente atacadas por pueblos de origen indoeuropeo, como los medos y los persas; esta situación fue tan recurrente que la guerra llegó a ser la característica principal de la vida de los asirios. Al terminar el siglo VII a. de C., Assur y Nínive fueron conquistadas por los persas, quienes destruyeron el imperio asirio. Los persas dieron forma al segundo Imperio babilónico caldeo, también llamado imperio neobabilónico. El segundo imperio babilónico, bajo la dirección del rey Nabucodonosor, alcanzó un último momento de esplendor en el que Babilonia fue embellecida y se construyeron obras tan llamativas como los famosos jardines colgantes; además, en esta última etapa, se originó el primer sistema monetario del Oriente. Este imperio logró perdurar sólo hasta que los persas ocuparon Babilonia en el año 539 a. de C, y se considera que con su fin se acaba el viejo mundo oriental.

































































































































































































































































































































































































































































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